Si bien existen paradigmas de narices perfectas, es importante saber que la misma nariz no se ve bien en todas las caras. Cada persona tiene una nariz que le da carácter, por lo que a mi parecer, la rinoplastia debe ir enfocada en mejorar los rasgos de aquella nariz para que la persona se sienta cómoda con ella y refleje su personalidad.

La rinoplastia es una cirugía que se hace con anestesia general cuyo objetivo es modificar la forma de la nariz según lo acordado entre el cirujano y el paciente. Lo que se realiza con más frecuencia es rebajar y afinar el dorso, y definir y proyectar la punta. Sin embargo, existen infinitos tipos de narices, que a veces necesitarán acortar o alargar la punta, corregir la columela, angostar las alas o muchos otros procedimientos que se organizan de acuerdo a las necesidades particulares de cada paciente.


Cuando el paciente presenta dificultades para respirar, la cirugía se realiza en forma conjunta con un otorrino, quien corrige el tabique, los cornetes o lo que se requiera para lograr un paso de aire expedito.

Dependiendo de lo que se realice en la cirugía, el paciente puede presentar una leve inflamación que cede en días, hasta una inflamación notoria junto con moretones bajo los ojos que puede ceder en 2 semanas. En la mayoría de los casos se usa yeso por fuera y tapones por dentro de los orificios de la nariz, pero no en todos, por lo que es importante la evaluación conjunta para saber cuál será la situación personal. De todas formas, hay que saber que toma al menos uno o dos meses ver el resultado final, ya que la nariz demora en desinflamarse.