En los últimos años la demanda de ambos procedimientos ha aumentado considerablemente. La lipoaspiración y abdominoplastía son intervenciones quirúrgicas que sirven para eliminar esa grasa de nuestro cuerpo que tanto nos acompleja, sin embargo, son dos intervenciones muy distintas. Aquí te cuento cuáles son sus diferencias.

LIPOASPIRACIÓN

Consiste en la absorción de la grasa mediante una cánula que se introduce por una pequeña incisión de 2 a 4 mm con la que se succiona la grasa a través de movimientos repetidos y finamente calculados en el área que se desea tratar. El área a tratar debe tener piel con la elasticidad adecuada para que se retraiga adecuadamente luego de la disminución de la cantidad de grasa, la piel puede quedar suelta y con un aspecto más envejecido. Este efecto se observa con mayor frecuencia en el abdomen en mujeres que han tenido embarazos, en pacientes que han tenido bajas de peso masivas y en aquellos que tienen la piel con abundantes estrías. En estos casos, la lipoaspiración no es la mejor alternativa y puede convertirse en un procedimiento de apoyo para la cirugía resectiva del área que tiene el defecto.

ABDOMINOPLASTÍA

Consiste en la resección de la porción del abdomen que se encuentra laxo y no puede ser corregido solamente por lipoaspiración. Se extrae la parte inferior del abdomen, es decir, desde el ombligo hacia abajo hasta aproximadamente la línea del vello púbico. La grasa y la piel que está sobre el ombligo se levantan para lograr estirarla adecuadamente y poder cerrar la herida sin tensión. En el momento en que está levantada la piel se puede acceder a los músculos rectos abdominales, aquellos que dan las “calugas”, los que se suturan en la línea media con un material no reabsorbible para corregir la separación que ocurre tras los embarazos y que da el aspecto de abdomen abombado. Con esto se obtiene un abdomen plano y con un ombligo que se vuelve a insertar en la posición adecuada con una forma alargada en su eje vertical, lo que devuelve el aspecto juvenil.

En síntesis, la liposucción trata exclusivamente la grasa en pacientes más bien jóvenes que tengan retracción de piel adecuada, mientras que la abdominoplastía reseca grasa y piel sobrante, corrigiendo las alteraciones musculares subyacentes.

Es importante notar que ambas cirugías son complejas, y en manos inexpertas conllevan complicaciones estéticas como irregularidades en la superficie o malposición de las cicatrices, hasta complicaciones graves como fallas cardíacas, anemias agudas, entre otras, que pueden atentar contra tu vida.